Los depósitos en pesos del sector privado aumentaron casi un 11% ($ 351.756 millones), mientras que los depósitos en dólares cayeron 1% (US$ 250 millones) hasta el viernes pasado. según datos del Banco Central.
Los depósitos en pesos del sector privado aumentaron casi un 11% ($ 351.756 millones) desde el inicio de la cuarentena el 20 de marzo pasado, mientras que los depósitos en dólares cayeron 1% (US$ 250 millones) hasta el viernes pasado, según los últimos datos informados por el Banco Central (BCRA).
El análisis de los depósitos en dólares revela, sin embargo, que hubo un cambio de comportamiento desde el 20 de marzo hasta el 20 de abril, cuando el BCRA habilitó a los bancos a ofrecer turnos para el retiro de divisas por ventanilla, y el inmediatamente posterior.
Durante ese período los depósitos en dólares habían aumentado U$S 182 millones pero, entre el 20 y el 24 de abril, con el vía libre para el retiro por ventanilla, se verificó una caída de US$ 432 millones, el 2% de los depósitos del sector privado al inicio de la cuarentena, cuando sumaban un total de US$ 18.107 millones.
Por su parte, los depósitos en pesos pasaron de $ 3.201.057 millones a $ 3.525.287, impulsados por un mayor stock de Cuenta Corriente (+ $ 139.588 millones) y un aumento en las Cajas de Ahorro (+ $ 179.139 millones) entre el 20 de marzo y el 24 de abril.
Esto incluye a los plazos fijos que, a pesar de pagar una tasa promedio cercana al 20% -unos 8 puntos porcentuales menos que al inicio de la cuarentena- los ahorros del sector privado en este formato se mantuvieron estables, con una caída apenas superior al 2%, al pasar de $1.544.423 millones a $1.511.509, entre tradicionales y ajustables por UVA.
Según economistas consultados por Télam, la necesidad de una mayor liquidez para afrontar gastos y la falta de opciones para diversificar el ahorro en pesos son elementos que pueden explicar el comportamiento de los depósitos en las últimas semanas.
«Los sectores que siguen en pesos son, fundamentalmente, compañías de seguros, bancos o empresas públicas o mixtas que tienen un tope a la inversión en moneda extranjera», apuntó a Télam Matias Rajnerman, Economista Jefe de Ecolatina.
«El resto de las inversiones -aseguró- van a bonos atados a tasa CER o a los distintos tipos de dólar. Los que se quedan en plazos fijos son poco sensibles a la tasa de interés porque ya antes de la cuarentena eran poco atractivos».
Por su parte, Julia Segoviano, economista de LCG, apuntó que «el contexto de la cuarentena está haciendo que se prefiera la liquidez» y que, frente a las «casi nulas» alternativas de inversión en pesos, «el principal destino del ahorro hoy esta siendo el dólar».
«Pueden estar sucediendo dos cosas: que haya gente con dólares ahorrados y, ante la necesidad de cambiarlos por la recesión, decida no hacerlo en el mercado oficial o bien que, por la brecha con los dólares paralelos, se genere cierta intranquilidad y la gente decida retirarlos», analizó Segoviano.
Aún así, apuntó que «no es una situación alarmante» ya que no se asemeja al retiro de depósitos que hubo el año pasado después de las PASO -cuando salieron del sistema unos US$ 10.000 millones en apenas un mes- pero que «sí puede seguir habiendo un goteo en la medida que la brecha se siga ampliando tanto».
«En la Argentina, tomar un préstamo en dólares es muy difícil. Hay que ser exportador y, con los riesgos cambiarios que hay, nadie quiere hacerlo. Por lo tanto, el sistema está muy líquido y casi todos dólares depositados en los bancos están inmovilizados», apuntó Rajnerman.
Si bien las reservas del BCRA se mantuvieron prácticamente estables desde el inicio de la cuarentena -en torno a los US$ 43.800 millones-, en las últimas jornadas debió cambiar su postura en el mercado de cambios, que pasó de compradora a vendedora, acumulando una venta de US$ 416 millones desde el 15 de abril.
De cara a las próximas semanas, el resultado de la negociación por la reestructuración de la deuda externa de la Argentina es, según ambos analistas, la clave para definir si este comportamiento se profundizará o no.
«Si se llega a un acuerdo de reestructuración, las expectativas de devaluación van a caer y habrá mucha más certidumbre que ante un panorama de default, que produndizaría las brechas y la postura del Central», aseguró Segoviano.
Para el economista Jefe de Ecolatina, la disparada de la brecha «es un problema» pero «si se reeestructura bien la deuda y baja la brecha, esto puede cambiar».