Hace unos días se había anunciado, la interrupción de los ensayos de la vacuna en Reino Unido, debido a una complicación en uno de los pacientes, una enfermedad apareció en una de las personas que se encontraban seleccionadas para realizar los estudios de prueba resultando inexplicable…
AstraZeneca el laboratorio que se encargará de fabricar la vacuna de Oxford, anunció la reanudación de los ensayos clínicos de la vacuna contra la covid-19.
Luego de su interrupción a causa de una reacción adversa en un voluntario en el Reino Unido. Las pruebas clínicas empezarán de nuevo a realizarse otra vez luego de completarse el proceso de revisión independiente.
«Los ensayos clínicos para la vacuna AstraZeneca Oxford contra el coronavirus, AZD1222, se han reanudado en el Reino Unido tras recibir confirmación de la Autoridad de regulación sanitaria», informó la compañía.
Un comité independiente examinó las medidas de seguridad de los ensayos, un paso que tanto la multinacional como la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificaron de rutinario en estos casos, y concluyó que«los ensayos son seguros».
En su nota para dar cuenta de la reanudación de las pruebas, la universidad indicó que en todo el mundo unas 18 mil personas han recibido esta vacuna en estudio como parte de los ensayos clínicos y que, en pruebas tan amplias como esta, se espera que algún participante pueda sentirse mal.
Esta posible vacuna, considerada una de las más avanzadas, es una de las nueve que se está ensayando en estos momentos en el mundo de forma masiva con seres humanos, lo que se conoce como Fase 3.
En Estados Unidos AstraZeneca empezó el 31 de agosto a enrolar a 30 mil voluntarios, y la inoculación ya ha empezado con pequeños grupos en Brasil y otros países latinoamericanos.
La vacuna AZD1222 utiliza una versión más benigna del adenovirus que causa el resfriado común, pero modificado genéticamente para luchar contra la proteína que la covid-19 utiliza para invadir las células humanas. Al ser vacunado, el paciente empieza a producir esa proteína, lo que permite al sistema inmunitario atacar al coronavirus si este penetra en el cuerpo.