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jueves, enero 9, 2025
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Los precios de los alimentos siguen sin control y encienden las alertas

Imparables los precios para las economías argentinas tan golpeadas , los precios no paran mientras en agenda existen temas que para el gobierno son más importantes, la inflación no da tregua. Más allá de los programa establecidos por el gobierno, por fuera de los supermercados y del plan oficial de Precios Cuidados, la suba del precio de los alimentos rozó 10% en febrero y sigue acumulando presión en marzo por la imparable cotización de los granos. La recurrente discusión por los derechos de exportación.

Sin controles y con gran preocupación la economía se hunde. El impacto del salto en el precio de las commodities, que tanto bendicen en el Gobierno y el Banco Central por el inesperado flujo de dólares que ya empezó a ingresar -el BCRA pudo ayer comprar USD 300 millones gracias a la fuerte liquidación del agro- empieza a pegar de lleno en el precio de los alimentos y, con mayor incidencia, en las zonas más vulnerables.

El próximo martes, el Indec dará a conocer el índice de inflación del mes pasado, que consultoras privadas ubican en torno al 4%, con un avance del precio de los alimentos por encima de ese registro en al menos un 1 punto porcentual. Pero un dato reciente advierte que la suba podría ser peor. Los precios de los alimentos básicos, que escapan a los controles oficiales en los comercios de cercanía de los barrios populares, anotaron un incremento de 9,8% en febrero.

Este indicador, que elabora el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI), suele arrojar una cifra más alta que el dato oficial del Indec porque, precisamente, no promedia con los precios de los productos que integran la canasta de Precios Cuidados que se comercializan en las grandes superficies de venta. Es decir que no mide en los supermercados, donde la suba queda mitigada por las iniciativas de control, sino sólo en los pequeños y medianos comercios donde los programas que impulsa la Secretaría de Comercio, a cargo de Roberto Feletti, no llegan.

Este relevamiento, denominado Índice Barrial de Precios (IBP) hace el seguimiento de 57 productos de la canasta básica de alimentos en 650 comercios de cercanía, en 20 distritos del conurbano bonaerense. En términos generales, el IBP suele reflejar una diferencia de 30% respecto del dato que publica el instituto de estadísticas oficial días después, con lo cual el indicador oficial podría ubicarse entre 6% y 7% en la categoría alimentos y bebidas.

La medición del consultor Camilo Tiscornia coincide con este anticipo: “Alimentos y bebidas fue el rubro de mayor incremento, (más de 6%, con gran incidencia de verduras pero con aumentos importantes en la mayoría de los componentes”, asegura su último informe. De acuerdo al índice del ISECPCI, la suba de la carne, principalmente los cortes populares, superó 11% mientras que en los productos de almacén, con gran incidencia de la suba de la harina sobre el precio del pan y galletitas, el incremento es de 13% promedio.

Los datos son preocupantes en sí mismos pero el mayor alerta es que esos registros no capturan el pleno efecto de la fenomenal suba del trigo, que ayer cerró en USD 475 la tonelada y que ya provocó un aumento de 40% en la suba de la harina. En este contexto, Feletti insiste en su búsqueda de mecanismos para “desacoplar” el costo local de los alimentos de los precios internacionales. Conscientes de que el fideicomiso del trigo, un esquema de subsidios cruzados para la producción de harina y fideos, no revertirá la tendencia, la amenaza de una suba de las retenciones a través de la reedición de una propuesta de alícuotas móviles, vuelve a estar sobre la mesa.

En el agro admiten que “la preocupación por las retenciones es permanente” pero confían en que hoy no están dadas las condiciones para que el Gobierno pueda avanzar en esa dirección.

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