Mientras que en la mayoría de los países de Latinoamérica se observa una leve disminución en la inflación en alimentos, en la Argentina se observa un proceso de aceleración, según un informe del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de Fundación Mediterránea.
Según los datos relevados, el año pasado la inflación local en alimentos promedió el 5,7% mensual, mientras que en una muestra de 10 países de Latinoamérica se ubicó en el 1,%. La inflación local fue 5,7 veces superior a la inflación de la región.
Esta situación se mantiene en el arranque del 2023: la inflación local para alimentos se ubicó en el 6,8% en enero, mientras que la región marcó un 0,9%. “En este primer mes del año la brecha de tasas se incrementó, siendo la inflación local 7,7 veces más alta que la de la región; esta diferencia de niveles se hace más llamativa cuando se compara con algunos países, por caso llega a 13 veces si se mide contra Brasil, 10,1 veces contra Perú y a 9,3 veces en relación a Bolivia”, detalló el informe.
“En Latinoamérica, la inflación promedió el 1% mensual en 2022, descendiendo levemente al 0,9% en enero de 2023, es decir, de una tasa anualizada que estaba cerca del 13% se ha pasado a una tasa del 11%; por el contrario, en Argentina la tasa media ha subido del 5,7% al 6,8% mensual, de una tasa anualizada del 94,5% a otra del 120,2%”, destacaron.
Una de las explicaciones del informe es que en el control de la inflación en alimentos que se observa en la región, además de los esfuerzos en materia de política fiscal y monetaria que pueden estar haciendo los gobiernos, también están contribuyendo la gran estabilidad de varias de las monedas de la región (con revalorización nominal en la mayoría de los casos) y la deflación de precios internacionales de materias primas agrícolas y productos alimenticios básicos, que arrancó en abril de 2022 y acumula desde entonces una baja del 17,2 por ciento.
En 2022 toda Latinoamérica tuvo niveles de inflación en alimentos superiores a los de 2021. De una tasa del 0,6% mensual promedio (valor mediano de 10 países) se pasó a una tasa del 1% mensual. En Argentina este fenómeno se intensificó, con una inflación que subió del 3,5% al 5,7% mensual.
El año pasado la brecha entre la tasa de inflación local y la tasa de inflación regional fue en promedio de 5,7 veces. En el arranque del 2023, la brecha se incrementó y la tasa local fue 7,7 veces más alta que la de la región. “Mientras que se observa una relativa estabilidad en la inflación en alimentos en Latam, que se extiende prácticamente a todos los países (con excepción de Colombia y Uruguay), no se verifica lo mismo en el caso argentino donde se ha producido una importante aceleración de la misma”, remarcaron. Y destacaron la preocupación que genera el dato de inflación de enero del 2023.
“Los precios internacionales de materias primas agropecuarias y alimentos mostraron importantes subas durante buena parte del 2021 e incluso en los inicios del año 2022, pero a partir del mes de abril del año pasado, la tendencia se revirtió y los precios empezaron a retroceder en forma persistente”, recordaron.
“La canasta que monitorea FAO (Naciones Unidas), que contiene un mix de precios internacionales de carnes, lácteos, aceites, granos y azúcar, cuyo valor había subido un 19% en los primeros 3 meses del 2022, mostró caídas en los 10 meses siguientes (desde abril de 2022 a enero de 2023), acumulando una baja del 17% en este período”, precisaron.