El gobierno de Emmanuel Macron hace frente a una crisis tras el repudio a su reforma previsional y siguen siendo millones de personas en la calle para protestar.
Luego de 10 días persisten las potentes movilizaciones en Francia en contra de la reforma jubilatoria decretada por el presidente Emmanuel Macron. Las calles se inundan de manifestantes de las universidades, colegios tomados y de distintos sectores de trabajadores como refineros, ferroviarios, recolectores de la basura y docentes, entre otros.
La protesta sigue repudiando la suba de la edad jubilatoria de 62 a 64 años, que el gobierno francés promulga para agrandar la caja previsional. El oficialismo mantiene su posición respecto de esta ley a la que defiende con un inmenso despliegue de efectivos que están llevando adelante una dura represión con cientos de detenidos y heridos.
Por su parte, desde el sindicato de recolectores de basura anunciaron que levantarán la huelga luego de 23 días de paro. Si bien las manifestaciones son pacíficas en algunas ciudades, existieron destrucciones a algunos edificios y también continúan los bloqueos y las barricadas.
El dirigente de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), que es el principal sindicato del país, propuso intentar llegar a una mediación en la crisis social que permita dejar en suspenso la medida más polémica, retrasar la jubilación a los 64 años. «Hay que poner en suspenso la medida de los 64 años» y durante al menos un mes o mes y medio encontrar «una mediación» para que el gobierno y los sindicatos puedan sentarse en una mesa a negociar, apuntó Laurent Berger en una entrevista con la emisora France Inter.
«Hay que buscar una vía de salida» a la situación actual, resaltó el sindicalista que insistió en que los gremios no van a sentarse con el Jefe de Estado Emmanuel Macron si no es para debatir las reformas de las pensiones.
Sin embargo, desde las bases se vive un clima muy distinto, de un movimiento que avanza hacia una ruptura con el gobierno donde se organizan redes de huelga general entre trabajadores de distintos sectores y estudiantes. Estas alcanzaron un enorme protagonismo en las principales ciudades como París, Niza y Touluse entre otras.