Hubo una fuerte emisión en julio de $507.000 millones. El ritmo no se detiene. Menos aún si emergen turbulencias cambiarias. Porque tanto por la vía directa como por la indirecta el Banco Central sigue emitiendo para financiar al Tesoro.
Podría decirse que en los últimos meses hubo cierta orgía monetaria dada la expansión de la cantidad de dinero que convalidó el Banco Central (BCRA). Julio no fue la excepción: la Base Monetaria creció en $507.000 millones. Así en el último trimestre la emisión de dinero superó el billón de pesos.
El mes pasado, los factores que explican la fuerte expansión de la Base fueron, por orden de magnitud, el pago de intereses por $1,154 billones seguido por el concepto “Otros” por el cual se canalizan las intervenciones del BCRA en el mercado de bonos y de cambios por más de $410.000 millones.
Pero también el Sector Público fue un factor de expansión de la Base vía los Adelantos Transitorios (ATN) a la Tesorería por $440.000 millones más otros $150.000 millones de Transferencia de Utilidades, aunque semejante emisión fue casi compensada por las compras netas de divisas al BCRA por el equivalente de $312.000 millones y el aumento del stock de depósitos públicos en el BCRA por $113.000 millones. ¿Cómo hizo el BCRA para absorber la avalancha de pesos emitidos?
Sencillamente, a través de la colocación de deuda remunerada. Por un lado, absorbió vía Pases pasivos (son colocaciones de los bancos en el BCRA a un día de plazo, que hoy pagan una tasa del 91% anual) por un monto de $704.000 millones a lo que se suman otros $477.000 millones de Letras y Notas de Liquidez (Leliq y Notaliq). De esta manera, solo quedaron en circulación $507.000 millones. Por ende, para quienes consideran que no hay emisión, sí la hay y en cantidad, pero en gran parte queda estacionada dentro del BCRA bajo la figura de pasivos monetarios remunerados.
Eso queda claro al observar el balance monetario acumulado en lo que va del año. En los primeros siete meses de 2023 la Base ya creció $1,175 billones, y todavía falta la peor parte del año cuando escala el déficit fiscal para cerrar el año. ¿Cuáles fueron los principales factores expansivos hasta el momento? Sin lugar a dudas, el podio lo lidera el pago de intereses con más de $6,185 billones.
Luego el Sector Público que recibió una asistencia del BCRA de casi $2 billones (fueron $1,79 billones vía ATN y otros $150.000 millones en Transferencia de Utilidades). A esto se suman otros $191.000 millones de reducción en los depósitos oficiales en el BCRA. Pero gracias a las compras netas de divisas del Tesoro al BCRA se aspiraron cerca de $1,53 billones.
De modo que el saldo neto de expansión por asistencia al Tesoro se reduce a poco más de $611.000 millones. Por otro lado, las fuertes intervenciones del BCRA en el mercado de bonos, con fines de control sobre los tipos de cambio financieros (CCL y MEP) más las operaciones en el mercado de futuros de dólar explican una expansión de Base de más de $1,286 billones.
En cuanto a las ventas netas de divisas al Sector Privado, en el acumulado de los primeros siete meses solo permitieron una contracción de $254.000 millones. La gran aspiradora del excedente de pesos emitidos fueron los pasivos monetarios remunerados: a través de los Pases se absorbieron $2,46 billones y vía las Leliq y Notaliq fueron otros $4,195 billones.
De modo que los Pases y las Leliq no solo absorbieron la emisión por intereses, sino que también ayudaron a recoger otros excedentes. Al respecto, cabe señalar que el BCRA de Miguel Pesce, por un lado, no hace más que emitir para pagar intereses sobre intereses, casi como una emisión autónoma, que en algún momento se deberá frenar. Pero claro, detrás de todo este desbarajuste monetario está el financiamiento, directo e indirecto, al Tesoro. Un tema a resolver o encauzar, mientras se cierra el acuerdo con el Fondo y se cierne el resultado electoral.
Fuente: Ámbito Web