El ex jefe de Gabinete del gobierno bonaerense Martín Insaurralde y la modelo Sofía Clerici quedaron imputados este martes por el delito de lavado de dinero. El fiscal federal Sergio Mola impulsó la investigación en su contra por este delito y solicitó una serie de medidas de prueba para analizar el estado patrimonial de los protagonistas del viaje a Marbella, en el crucero “Bandido”, confirmaron fuentes judiciales. Entre ellas, reclamó la inhibición de sus bienes.
En un dictamen que se mantiene bajo reserva, el fiscal entendió que el caso debía ser investigado por la justicia federal y en el distrito de Lomas de Zamora. Bajo ese paraguas quedan también el análisis de las figuras de posible enriquecimiento ilícito. El detalle no es menor teniendo en cuenta la multiplicidad de denuncias que traccionaban la causa a otros distritos y que podían quedar en radicadas en la justicia provincial porque no se trata de un funcionario nacional.
El fiscal Mola, además de imputar y requerir medidas de prueba, pidió el apartamiento del juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, que recibió la denuncia. Según se explicó, en su juzgado trabaja la primera mujer de Insaurralde, la abogada Liana Alejandra Toledo, hija de un ex intendente lomense, que es prosecretaria administrativa en el juzgado federal de Villena.
Fuentes judiciales señalaron que la mujer entró a la justicia en el 2003 y trabaja en ese juzgado desde 2008, antes de la llegada de Villena. No obstante, la fiscalía entendió que existe un temor fundado de parcialidad por amistad y por eso reclamó su apartamiento. En las próximas horas, Villena responderá si hace lugar o rechaza la recusación. Y la definición pasará a la Cámara Federal de La Plata.
La denuncia que dio origen a esta investigación fue presentada el sábado y ampliada el domingo por el abogado Gastón Marano por lavado de Activos, previsto en el art. 303 del C.P. y evasión Fiscal previsto en art. 22 de la Ley 24.769. “Los hechos han tenido que ver con el usufructo de un costoso yate en la Ciudad de Marbella y circunstancias conexas. Numerosas publicaciones de portales de noticias, han reportado también que quien ofició de acompañante en el viaje, habría recibido suntuarios regalos de parte del exfuncionario, entre los que se encontrarían relojes y carteras de primera marca, así como piezas de joyería. Los elementos descriptos habrían sido un regalo del intendente bonaerense, puede inferirse de las propias publicaciones de la acompañante de Insaurralde (cuya cuenta verificada de la Red Social Instagram es @sofiaclericiok )”, detalló.
Con un detallado análisis de los corazoncitos y los “love u” que expone Clerici en su cuenta abajo de las fotos, el abogado -que representa a Nicolás Carrizo, uno de los acusados en la causa que investiga el atentado contra Cristina Kirchner- analizó que “el costeo de estos bienes suntuarios no guarda simetría con la capacidad económica que el exjefe de ministros bonaerense ha declarado” y solicito se amplíe el ámbito de investigación de la denuncia “para incluir a estos presuntos ‘regalos’ o ‘gratificaciones’”.
El abogado apuntó también a Clerici, quien “pudo haber sospechado su origen ilícito -en tanto el salario y la declaración jurada impositiva de Insaurralde son de dominio público, y la asimetría entre aquellos datos y el costo de esos bienes suntuarios es patente”. Planteó que podría incurrir en ‘encubrimiento por receptación o adquisición’”.
Pero como la propia Clerici dijo en su cuenta de Instagram que las carteras y los relojes se los “compr(ó) solita”, el abogado afirmó: “sin poder descartar que la Srta. Clerici tenga otros ingresos no facturables (lo cual debiera determinarse en el marco de una investigación penal), lo cierto es que, conforme los valores de los bienes, pueden alimentarse más que fundadas sospechas de que resulte una falsedad que los haya adquirido con sus magros ingreso”. Es que “tan sólo un reloj de las características del mencionado costaría (a valor dólar MEP) la friolera suma de alrededor de unos $ 14.000.000″.
Sin embargo, según la AFIP, registra ingresos declarados, como monotributista de la categoría más baja por la venta de ropa interior. “Aún facturando al máximo de su categoría ($116.000 mensuales) y no habiendo gastado en ningún otro rubro (o sea, no habiendo erogado nada en concepto de alimentos, vestimenta o en viajes -de los que parece ser asidua, a juzgar por su huella digital-), hubiera tardado algo más de 14 años en granjearse esos bienes tan prescindible. Siendo que tiene 28 años, se deduce debiera haber comenzado a facturar a sus niveles actuales en plena adolescencia, lo que no parece -a primera vista- viable”, acotó.