Michel Temer.
Presidente de la República Federativa del Brasil.
Los persistentes flujos de migrantes venezolanos afectan hoy a diversos países de América Latina. Millones de seres humanos recaen por las montañas y los bosques en fuga de la grave crisis que vive Venezuela, y buscan esperanza de días mejores en otros países, incluso en nuestro país.
Brasil ha actuado con responsabilidad y determinación frente a esa ola migratoria que, en nuestro caso, tiene impacto sobre todo en el Estado de Roraima, al norte del país.
Estamos recibiendo con dignidad a nuestros hermanos venezolanos, que sufren las consecuencias de lo que sucede en Venezuela. Este es Brasil: un país solidario, de tradición acogedora a todos los pueblos del mundo y cumplidor de sus compromisos internacionales en todos los momentos históricos. Somos una nación formada por muchos pueblos, muchos colores, muchos credos. Pero siempre mantuvimos nuestra creencia en los grandes valores de la humanidad.
Es claro que la llegada de venezolanos al territorio brasileño trae significativas demandas a nuestros servicios públicos, y importantes desafíos para una región tan carente como es Roraima. Nuestro Gobierno tiene esto muy presente.
Desde la primera hora hemos actuado sin descanso para enfrentar estos desafíos. Visité a Roraima dos veces y determiné a las autoridades federales que acompañaran la implementación de las medidas que adoptamos para enfrentar esa crisis. Todo lo hicimos para apoyar a la población de Roraima y los migrantes.
Reforzamos los equipos de funcionarios que actúan en la frontera. Ampliamos la presencia del Gobierno Federal en el área de seguridad y en el área social. Y reafirmo: nunca se pensó del cierre de fronteras.
Proporcionamos documentos a los venezolanos que llegan a Brasil. Son documentos que, entre otras finalidades, posibilitan el acceso a nuestro mercado de trabajo.
Estamos multiplicando acciones de vacunación y de asistencia médica para brasileños y venezolanos. Construimos diez refugios para los venezolanos, dos más que casi terminados, donde los migrantes reciben alimentación y apoyo adecuado. El esfuerzo brasileño es reconocido por organismos internacionales como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
Intensificamos aún las medidas de transferencia, para otros puntos del territorio brasileño, de los venezolanos que, llegando a Brasil, así lo deseen. El proceso es naturalmente complejo, pero lo hemos conducido de forma ordenada y segura. Y así seguiremos haciendo.
En los últimos días, fortalecemos la seguridad en Roraima con el envío de más agentes de la Fuerza Nacional. Y decreté esta semana el uso de las Fuerzas Armadas, en los términos de nuestra Constitución, para la garantía de la ley y del orden en partes determinadas de aquel Estado para garantizar la paz y tranquilidad al pueblo brasileño ya los venezolanos.
Al mismo tiempo, en coordinación con otros países de la región, y en foros como la Organización de Estados Americanos, seguimos promoviendo medidas diplomáticas que estimulen al gobierno venezolano a retomar el camino de la democracia, la estabilidad y el desarrollo. Paso importante fue la suspensión de Venezuela del Mercosur, en aplicación de la cláusula democrática.
El pueblo brasileño está a la altura de este momento. El Gobierno seguirá haciendo su parte, en nombre de los valores humanitarios y solidarios que nos caracterizan como nación.