El Instituto Nacional Penitenciario del Perú (INPE) informó este miércoles al Poder Judicial que el ex presidente Alberto Fujimori puede ser trasladado nuevamente a la cárcel de Barbadillo, donde estuvo preso entre 2007 y 2017, para concluir su pena de 25 años por crímenes contra la humanidad.
A través de un oficio, el presidente del INPE, Carlos Romero, respondió a la Sala Penal Especial de la Corte Suprema que el establecimiento tiene condiciones de albergar a Fujimori, de 80 años de edad, tras la revocación del indulto otorgado en 2017.
En ese sentido, el INPE detalló que el presidio de Barbadillo, en el distrito de Ate, tiene un servicio de salud formado por médicos generales y tres técnicas de enfermería con turnos de 24 por 48 horas.
Además, el establecimiento tiene una cama clínica y una litera, y un vehículo multiuso para eventuales transferencias a un centro médico especializado, según relató el instituto penitenciario en el documento compartido en Twitter.
El ex presidente (1990-2000) fue evaluado por una junta del Instituto de Medicina Legal (IML) el pasado miércoles en la clínica privada donde está internado hace más de 100 días.
Tal como lo consigna Efe , en el informe presentado por la junta médica «el paciente se encuentra en condiciones estables, por lo que podría recibir tratamiento de forma ambulatoria».
Por ese motivo, el abogado de Fujimori, César Nakazaki, comentó que no apelará la decisión de la Corte Suprema y quedó a la espera de que el INPE indique que la cárcel puede garantizar la supervisión médica del ex gobernante.
Hace una semana, el Supremo ordenó que se evalúe la salud de Fujimori para determinar cuándo podrá continuar cumpliendo su pena como autor mediato (con dominio del hecho) de dos masacres cometidas por el grupo militar encubierto Colina y del secuestro de un periodista y un empresario.
El tribunal solicitó además que la clínica indique cuándo se dará la alta a Fujimori, que está internado desde el 3 de octubre de 2018, cuando un juez dejó sin efecto el indulto que le fue otorgado por el ex presidente Pedro Pablo Kuczynski en diciembre de 2017.
Fujimori permaneció en la clínica en medio de sospechas de que su prolongada internación es una estrategia para evitar la orden judicial, mientras espera que se resuelva una apelación que presentó contra la anulación de su indulto.
En noviembre del año pasado, el INPE elaboró un primer informe médico que afirmó que Fujimori padece de hipertensión arterial no controlada, problemas cardíacos, fibrilación auricular paroxística y cardiopatía coronaria crónica.
Sin embargo, ese documento no constató que su salud se encuentra gravemente amenazada, por lo que los familiares de las víctimas de los crímenes por los que fue condenado cuestionaron el motivo para que no fuera llevado a una prisión.
