Para el FMI los próximos meses serán muy duros en Argentina

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El Fondo Monetario Internacional recalculó al alza su estimación de inflación a fin de año tras el impacto de la devaluación el día después de las elecciones primarias. El organismo reestimó su proyección de suba de precios anual desde 120% hasta 135%, según el informe de Perspectivas Económicas Mundiales (WEO, en inglés), que dio a conocer el FMI esta madrugada. El organismo mantiene a lo largo de esta semana su asamblea anual en Marruecos.

En su informe, el FMI planteó que la economía global todavía no pudo recuperar el ritmo de crecimiento que llevaba antes de la pandemia y que este año terminará con una desaceleración con respecto a 2023. Y, para colmo, un nuevo freno en 2024, con cifras muy por debajo de la mejora promedio que tuvo el PBI mundial a lo largo del siglo.

Para el caso argentino el Fondo Monetario hizo una breve mención más allá de la actualización de los datos centrales macroeconómicos. En un capítulo en el que analizó la evolución de la deuda global, advirtió que el país debería direccionarse hacia un ajuste fiscal para bajar el peso de su deuda. “Los niveles de deuda siguen siendo elevados y se espera que la política fiscal siga endureciéndose para garantizar la sostenibilidad fiscal y de la deuda”, apuntó el organismo.

Los números principales de la economía argentina que midió el Fondo Monetario tuvo pocos cambios. El de inflación fue recalculado desde 120% a 135% anual a fin de año. Está por debajo de lo que esperan las consultoras y bancos locales que participan del REM del Banco Central, que en su informe de agosto estipularon 169,3% a fin de año.

Otra forma de medirlo es como promedio anual: en ese caso el organismo reestimó el índice desde 115% hasta 121,7 por ciento. El 120% -al fin de año- y 115% promedio corresponde al último informe técnico que aprobó el directorio, en agosto, cuando se aprobó la quinta y sexta revisión del programa.

Respecto a la actividad económica, el FMI no modificó su expectativa de una recesión para 2023 del orden del 2,5 por ciento. Tampoco cambió su estimación de una recuperación para el 2024, de 2,8 por ciento.

En la última conferencia de prensa, la portavoz del organismo, Julie Kozack aseguró que “la situación económica de la Argentina sigue siendo muy difícil y compleja; la inflación es muy alta y sigue aumentando; los colchones de reservas son bajos y las condiciones sociales son frágiles”.

“El paquete de políticas acordado en la última revisión, la quinta y la sexta, tenía el objetivo de salvaguardar la estabilidad a través de la reconstrucción de las reservas, restablecer el orden fiscal y proteger a los más vulnerables”, indicó. “La revisión del tipo de cambio junto con una política monetaria y fiscal restrictiva son componentes esenciales del programa”, precisó. Luego, advirtió: “Las medidas de política adoptadas exacerban las dificultades de la Argentina”.

El Gobierno tendrá representación en la cumbre en Marrakech (Marruecos) durante la cumbre anual por parte del presidente del Banco Central Miguel Pesce. Desde el Ministerio de Economía no confirmaron si viajará, como había trascendido en los últimos días, el viceministro Gabriel Rubinstein.

“La recuperación mundial tras la pandemia de COVID-19 y la invasión rusa de Ucrania sigue siendo lenta y desigual. A pesar de la resiliencia mostrada por la economía a comienzos de este año, con un repunte debido a la reapertura de las economías tras la pandemia y los avances en la reducción de la inflación desde sus niveles máximos del pasado año, aún es demasiado pronto para reconfortarse”, dijo el FMI en su informe de perspectivas económicas mundiales.

“La actividad económica está todavía por debajo de su trayectoria anterior a la pandemia, en especial en las economías de mercados emergentes y en desarrollo, y existen divergencias crecientes entre las regiones. Varias fuerzas están frenando la recuperación. Algunas responden a las consecuencias a largo plazo de la pandemia, la guerra en Ucrania y el aumento de la fragmentación geoeconómica. Otras son de carácter más cíclico, como los efectos del endurecimiento de la política monetaria necesario para reducir la inflación, la retirada del apoyo fiscal en un contexto de elevado endeudamiento y los fenómenos meteorológicos extremos”, consideró.

Puesto en números, estimó que “el crecimiento mundial se desacelere de 3,5% en 2022 a 3,0% en 2023 y 2,9% en 2024. Las proyecciones permanecen por debajo del promedio histórico (2000–19) de 3,8%, y el pronóstico para 2024 ha sido rebajado en 0,1 puntos porcentuales (…) Para las economías avanzadas se prevé una desaceleración de 2,6% en 2022 a 1,5% en 2023 y 1,4% en 2024, con un ímpetu más fuerte de lo previsto en Estados Unidos, pero crecimiento más flojo a lo previsto en la zona del euro”, detalló.

En ese sentido, aseguró el Fondo Monetario que “se proyecta que el crecimiento de las economías de mercados emergentes y en desarrollo disminuya moderadamente, de 4,1% en 2022 a 4,0% en 2023 y 2024, con una revisión a la baja de 0,1 puntos porcentuales en 2024, atribuible a la profundización de la crisis del sector inmobiliario en China. Los pronósticos de crecimiento mundial a mediano plazo, de 3,1%, son los más bajos en décadas, y las perspectivas de que los países alcancen niveles de vida más altos son escasas”, concluyó.