Las empresas prefieren no vender hasta después de las elecciones

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Se esperan nuevas remarcaciones de precios en los próximos días, alejándose el objetivo oficial de regresar a un dígito de inflación en octubre. Muchas compañías eligen suspender ventas y cuidar su stock de productos hasta después del 22 de octubre.

Los corralones de materiales de la construcción es uno de los rubros más afectados por la inestabilidad de precios

El mercado cambiario volvió a reflejar toda la incertidumbre que existe entre los inversores, que salieron a cubrirse a menos de dos semanas de las elecciones presidenciales. Como consecuencia, el dólar tocó un nuevo máximo nominal de $ 945 y la brecha llegó a niveles inéditos de 170%. El impacto sobre la cadena comercial ya se empezó a sentir y las remarcaciones vuelven a estar a la orden del día.

La expectativa del Gobierno era que la inflación en octubre regrese a niveles de un dígito. Pero con este salto del tipo de cambio es sumamente difícil que esto suceda, por no decir imposible. El ministerio de Economía calculó que la inflación de la última semana de septiembre había descendido a 1,3%. El propio viceministro Gabriel Rubinstein consideró que se trataba de una señal que confirma la tendencia a la desaceleración de los precios. Sin embargo, el panorama ahora luce mucho más complejo luego de un arranque de octubre muy complicado y con fuertes alzas de todos los tipos de cambio.

Ante este panorama, las empresas buscan conservar stock, vender lo menos posible y seguir remarcando en todos los productos que pueden. Sin embargo, los supermercados deben mantenerse dentro de Precios Justos, que solo habilitó un incremento mensual de 5% para octubre. En el caso de los combustibles, por ejemplo, se mantiene el congelamiento, pero es difícil que perdure mucho tiempo más en medio de la escalada cambiaria.

Por otra parte, muchas empresas que firmaron Precios Justos están incumpliendo con las listas de precios acordadas. El motivo es que los costos siguen aumentando por lo que tendrían que vender a pérdida. Pero además ya poco les importa la amenaza de no poder acceder al mercado oficial, teniendo en cuenta la escasez de reservas del Central y que se aproximan elecciones con un posible cambio de signo político.

El fenomenal aumento de la brecha cambiaria también aumenta las expectativas de devaluación del tipo de cambio oficial. La pregunta por supuesto no es si esto ocurrirá, sino cuándo sucederá. La fuerte presión no solo sobre el dólar libre sino también en los dólares financieros hacen que sea vuelva cada vez menos sostenible mantenerlo congelado en $ 350, una decisión que tomó Sergio Massa luego de la devaluación de agosto.

El Central mantiene una fuerte intervención, cercana a los USD 100 millones diarios, para prevenir una mayor escalada del tipo de cambio. Sin embargo, esta oferta resulta insuficiente para contener las subas, como claramente quedó en evidencia ayer.

Con la brecha cambiaria al 170%, es inevitable la expectativa de una fuerte devaluación del tipo de cambio oficial después de las elecciones. A su vez, esto genera más remarcaciones de precios y muchas empresas prefieren dejar de vender y quedarse con el stock hasta que pase la tormenta

A la incertidumbre electoral se suman además las declaraciones de Javier Milei, quien ya venía insistiendo con la conveniencia de un tipo de cambio más alto para llevar adelante su plan dolarizador de manera más fácil. Ahora directamente recomendó no renovar plazos fijos, sugiriendo que el peso seguirá perdiendo valor. Un informe de Proficio Investment reveló que los depósitos a plazo cayeron un 11% en términos reales desde los máximos alcanzados el 18 de septiembre pasado (esto es descontando la inflación).

Ahora quedan solo siete días hábiles para llegar a las elecciones presidenciales, ya que hay dos jornadas sin actividad financiera en el medio. Puede parecer poco, pero en estas circunstancias es muchísimo tiempo. Todo indica que el proceso dolarizador se acentuará casi a cualquier precio en los próximos días. Incluso subir las tasas puede resultar contraproducente ya que solo generaría un peso financiero mayor sobre el Banco Central. Los grandes inversores buscan refugio directamente en el dólar o se pasan a fondos “money market” para contar con liquidez inmediata y moverse rápido en medio de la crisis.