La jefa de los fiscales presentó su renuncia indeclinable al presidente Mauricio Macri,la misma se hará efectiva a partir del 31 de diciembre.
La procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó,quien fuera altamente cuestionada, por el Gobierno Nacional, en la mañana de hoy presentó su renuncia al cargo el mismo se hará efectivo a partir del 31 de diciembre próximo.
Por su parte la procuradora manifestó en la nota que le enviara a presidente»A esta altura de los acontecimientos estoy persuadida de que mi permanencia en el cargo redunda en decisiones que afectarán de manera sustancial la autonomía del Ministerio Público Fiscal»,
La funcionaria afirmó que renuncia «con la esperanza» de que no se lleven a cabo «reformas» que «rompan el equilibrio que debe regir el sistema de administración de Justicia».
De esa forma, la jefa de los fiscales finalmente y luego de varios cuestionamientos y pedidos de renuncia,dejará el cargo luego de que el presidente Mauricio Macri y varios funcionarios de su Gabinete reclamaran su alejamiento.
Diez días atrás, un fallo judicial declaró inconstitucional un artículo de la Ley de Ministerio Público que establece que la única forma de remover al procurador general es mediante juicio político.
En ese contexto, Gils Carbó sostuvo que trabajó «incansablemente para consolidar el mandato de los constituyentes al jerarquizar esta institución como una autoridad de la Nación independiente y autónoma, condiciones fundamentales de las que derivan su fortaleza, objetividad y eficiencia».
Cabe recordar que el Gobierno apostaba hace tiempo al efecto de las causas en Comodoro Py. Y lo consiguió. Aunque había declarado que pensaba «resistir», finalmente Gils Carbó se aleja luego del procesamiento a raíz del sospechoso pago de comisiones en la compra del edificio de la Procuración.
En el fallo de Ercolini aparecen nombrados los otros personajes de esa trama: el ex subdirector de la Procuración Guillermo Bellingi, su medio hermano Juan Carlos Thill, la dueña de la inmobiliaria Bárbara Jaureguiberry y la empresa Arfinsa que vendió el edificio. Jaureguiberry y Thill cobraron comisiones cercanas al millón de dólares.