Cristina Fernández de Kirchner se encuentra preocupada por las consecuencias políticas que puede ocasionar la inflación que vive la Argentina. De acuerdo a lo informado Argentina superó la inflación de Venezuela en el mes de octubre.
La vicepresidenta advierte que la actual crisis puede agotar la paciencia de sus votantes y apura señales a la administración de Alberto Fernández.
Los salarios continúan siendo afectados por la persistencia de la inflación en niveles superiores al 6%, pues, a pesar de la reapertura paritaria y de la renegociación de buenos acuerdos a nivel particular, caen en términos reales para todos los segmentos. Si bien desde mediados de 2021 comenzaron a acelerar su crecimiento nominal (para intentar acompañar el incremento de precios), no lo hicieron de manera suficiente.
En septiembre, el salario privado registrado medido por el INDEC creció apenas 5,8%, frente a un IPC que rondó el 6,2% mensual. Durante la gestión de Alberto Fernández no se ha podido recuperar la pérdida del 20% sobre los ingresos reales sufrida en el mandato de Mauricio Macri y se han visto deteriorarse más aún los ingresos de los trabajadores informales.
La vicepresidenta Cristina Kirchner advierte las consecuencias políticas de esta situación para el Frente de Todos en general y para ella en particular. Una administración peronista puede excusarse de muchas faltas pero no de la pérdida de ingresos de los trabajadores. De allí, sus últimos movimientos intensificando mensajes para obtener sumas fijas y aumentos adicionales en ayudas estatales, fijación de precios de la canasta de alimentos y acciones que impidan, según su diagnóstico, dejar que las ganancias «se las queden cuatro vivos».
Más allá de la efectividad técnica de estas medidas en la presente coyuntura, queda claro que intenta compensar la paciencia de sus votantes y ofrecerles un estímulo para perseverar en la adversidad.
No es tan relevante ahora saber si su nombre estará en una boleta electoral el año próximo, sino comprender que ha decidido no delegar esta vez la lapicera en nadie para afrontar la batalla por los votos. Sabe que se juega entera su suerte en esa contienda.